Algarrobo injertado C-25 (100/120)

El algarrobo (Ceratonia siliqua) es una especie arbórea de la familia de las fabáceas, de follaje perenne. Es originario de la zona mediterránea de Europa.

El Algarrobo injertado de la variedad 'Duraio', perteneciente a la especie Ceratonia siliqua, es conocido por su adaptabilidad y producción de algarrobas de alta calidad. Originario del Mediterráneo, esta variedad es un cultivo valioso tanto para la producción de frutos como para fines ornamentales.

Altura Máxima: Puede alcanzar hasta 10 metros, aunque su altura media es de 5 a 6 metros.

Tipo de Suelo y Sustrato: Prefiere suelos calcáreos, bien drenados, tolera suelos pobres y secos.

Iluminación: Necesita pleno sol para un desarrollo óptimo.

Riego: Bajo requerimiento de agua; resistente a la sequía una vez establecido.

Abono: Requiere poco abono; puede beneficiarse de una fertilización ligera durante la fase de establecimiento.

Poda: Poda de formación en los primeros años y poda de mantenimiento para eliminar ramas secas o enfermas.

Resistencias: Muy resistente a la salinidad y sequía. Tolera frío moderado, resistiendo hasta temperaturas mínimas de -5ºC. Sus flores y frutos son resistentes a las heladas.

Floración y Flores: Florece en otoño, produciendo flores pequeñas y discretas.

Polinización: Es auto-fértil, no requiere de otros árboles para la polinización. Las abejas pueden ayudar en el proceso incrementando la producción.

Fructificación y Frutos: Produce frutos conocidos como algarrobas, largos y carnosos, que maduran en verano. 

Curiosidades: Las algarrobas son utilizadas como sustituto del chocolate debido a su dulzor natural.

Consejos de Plantación: Plantar en primavera o otoño, en un lugar que reciba luz solar directa.

Otros Nombres: Algarrobo común, carob.

Esta variedad de algarrobo 'Duraio' es ideal para jardines y zonas agrícolas áridas, proporcionando sombra y frutos comestibles con pocos cuidados. Es una especie de gran rusticidad y resistencia a la sequía, pero es de un desarrollo lento y solo comienza a fructificar después de unos siete a diez años desde la plantación, obteniendo su plena productividad a los quince o veinte años.